Hubo un tiempo en que Asturias contó con riqueza propia: ganadería, leche, carne, carbón, hierro, madera, pesca ...y actualmente hay que referir que su ganadería está en declive, en declive la leche, algo menos la carne; en agonía mortal, el carbón y el hierro y la pesca. Pero como suele decirse que somos "grandones", hala, viva la Virgen, a celebrar romerías y a tirar de largo, que la cuestión es vivir hoy: mañana Dios dirá, como dicen los curas...
Hubo un tiempo en esta España de cantos gregorianos, vivas al caudillo, muchos sermones y muchas letanías, en que, sin embargo, tras el comienzo de la guerra de 1936 hasta 1952, en que fueron suprimidas las cartillas de racionamiento --y aún así había Dios en qué ver--el hambre fue secular, inevitable y compañía permanente de las familias de España entera...Permítanme que me refiera únicamente a las cuencas mineras, que fue donde hemos vivido, padecido y aguantado toda clase de penitencias. Una de ellas, el hambre, "la fame" que se dice en Asturias.
Por aquellos años, no había, como ahora, fiesta de las castañas, amagüestos, magostos y danza. Había que buscar dónde llenar la barriga. Y las castañas, para las casas pobres, fueron el maná celestial que mitigó el hambre, ya que había que ir a la gueta, Y se iba desde la mañana hasta la noche, todo el día....de eso sabemos algo. En las familias pobres, si era posible, se llenaban todo los rincones de la casa de castañas, que había que remover para que se airaran y no pudrieran.
Las castañas, no se perdía ni una. Los castañedos estaban cuidados, injertados los árboles y los frutos eran variados y de buenas calidad. Y como la castaña dura varios meses, según sea tratada, en las casas pobres había qué comer la mayor parte del año...Se comían castañas, claro, que otras cosas no había.
Al correr de los años --pongamos los del 60--la situación de las aldeas fue mejorando. Se trabajaba y negociaba.De modo que la gente fue mejorando de situación.Y ya las castañas se habían olvidado como alimento. Y así, después, pasaron más años.Los castañedos se fueron abandonando, las castañas ya no se recogían ni eran llevadas como antes por los campesinos a los mercados. Y si alguna se vendía o compraba, procedía de otras parte.
Y llegamos al presente, tras pasar unos cuantos años de total abandono de este fruto que en Asturias ya existe desde antes de los romanos, aunque fueron éstos los que se alimentaban con castañas en su avanzar y los que las propagaron por todas partes.
Y como, hay que recuperar las tradiciones --eso dicen desde los más diversos despachos señoritingos de Oviedo y Gijón, --pues hay que sacar de las cenizas en que están convertidas muchas cosas, bable, molienda, siembra de escanda y centeno, boroña (aunque ya no se siembre maíz) , madreñas, aunque ya no las calce nadie; tejer lana, hacer escarpines, y así, todo lo que se quiera. De modo, que para seguir siendo grandones, se celebran amagüestos para comer con sidra y disfrutar de la vida...
Y sabe usted una cosa? ¿Sabe de dónde son las castañas que se asan en Asturias, habiendo sido esta región primera productora de este fruto en otros tiempos? Eso es, piense mal y acertará. Son de otras regiones, del Bierzo, de Lugo, de Extremadura y, por si no las hay más cerca, hasta de Portugal...Y me dicen que se venden aquí hasta de Polonia. Y aquí dejando perderse esta riqueza. Oiga, si esto no es para poner las manos en la cabeza y señalarnos a los asturianos, a todos, como unos irresponsables ya me dirá entonces por qué cosa se nos puede señalar mejor...
El hecho es que en Asturias se siguen haciendo amagüestos a asgaya y se siguen comprando castañas fuera. ¿Y sabe a qué precio le sale a usted cada castaña asada, si un día le da por comprar un cucuruche de ellas? Pues, si le salen todas sanas, al rededor de 16-17 pesetas unidad... Oiga, y quiere saber...
Hubo un tiempo en esta España de cantos gregorianos, vivas al caudillo, muchos sermones y muchas letanías, en que, sin embargo, tras el comienzo de la guerra de 1936 hasta 1952, en que fueron suprimidas las cartillas de racionamiento --y aún así había Dios en qué ver--el hambre fue secular, inevitable y compañía permanente de las familias de España entera...Permítanme que me refiera únicamente a las cuencas mineras, que fue donde hemos vivido, padecido y aguantado toda clase de penitencias. Una de ellas, el hambre, "la fame" que se dice en Asturias.
Por aquellos años, no había, como ahora, fiesta de las castañas, amagüestos, magostos y danza. Había que buscar dónde llenar la barriga. Y las castañas, para las casas pobres, fueron el maná celestial que mitigó el hambre, ya que había que ir a la gueta, Y se iba desde la mañana hasta la noche, todo el día....de eso sabemos algo. En las familias pobres, si era posible, se llenaban todo los rincones de la casa de castañas, que había que remover para que se airaran y no pudrieran.
Las castañas, no se perdía ni una. Los castañedos estaban cuidados, injertados los árboles y los frutos eran variados y de buenas calidad. Y como la castaña dura varios meses, según sea tratada, en las casas pobres había qué comer la mayor parte del año...Se comían castañas, claro, que otras cosas no había.
Al correr de los años --pongamos los del 60--la situación de las aldeas fue mejorando. Se trabajaba y negociaba.De modo que la gente fue mejorando de situación.Y ya las castañas se habían olvidado como alimento. Y así, después, pasaron más años.Los castañedos se fueron abandonando, las castañas ya no se recogían ni eran llevadas como antes por los campesinos a los mercados. Y si alguna se vendía o compraba, procedía de otras parte.
Y llegamos al presente, tras pasar unos cuantos años de total abandono de este fruto que en Asturias ya existe desde antes de los romanos, aunque fueron éstos los que se alimentaban con castañas en su avanzar y los que las propagaron por todas partes.
Y como, hay que recuperar las tradiciones --eso dicen desde los más diversos despachos señoritingos de Oviedo y Gijón, --pues hay que sacar de las cenizas en que están convertidas muchas cosas, bable, molienda, siembra de escanda y centeno, boroña (aunque ya no se siembre maíz) , madreñas, aunque ya no las calce nadie; tejer lana, hacer escarpines, y así, todo lo que se quiera. De modo, que para seguir siendo grandones, se celebran amagüestos para comer con sidra y disfrutar de la vida...
Y sabe usted una cosa? ¿Sabe de dónde son las castañas que se asan en Asturias, habiendo sido esta región primera productora de este fruto en otros tiempos? Eso es, piense mal y acertará. Son de otras regiones, del Bierzo, de Lugo, de Extremadura y, por si no las hay más cerca, hasta de Portugal...Y me dicen que se venden aquí hasta de Polonia. Y aquí dejando perderse esta riqueza. Oiga, si esto no es para poner las manos en la cabeza y señalarnos a los asturianos, a todos, como unos irresponsables ya me dirá entonces por qué cosa se nos puede señalar mejor...
El hecho es que en Asturias se siguen haciendo amagüestos a asgaya y se siguen comprando castañas fuera. ¿Y sabe a qué precio le sale a usted cada castaña asada, si un día le da por comprar un cucuruche de ellas? Pues, si le salen todas sanas, al rededor de 16-17 pesetas unidad... Oiga, y quiere saber...
1 comentario:
Hola Albino:
Muchas gracias por tus comentarios, opiniones y escritos.
Tienes un Blog muy bueno .
Deseo que muchas personas se puedan interesar por el contenido.
Otro día si me lo permites puedo darte mi opinión sobre algunos temas.
Salud y ánimo.
Viky
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