Valentín Fuente, gaitero consumado
y Aurelio Fueyo, interprete
de tonada ,de El entrego.
y Aurelio Fueyo, interprete
de tonada ,de El entrego.
La tonada, modalidad asturiana de cantar, es una de las más recias del panorama español. Y en su peculiaridad, entraña una idiosincrasia muy pocas veces alcanzada por otros sones de regiones distintas. Y es curioso. La música típica también constituye un signo característico bien entroncado con el paisaje, recio unas veces y otras veces, plácido. No se puede imaginar la tierra de Asturias, con sus valles y sus montes con otra clase de canciones y otra clase de música.
Reciedumbre de la tierra y reciedumbre de la canción popular, todo emparejado, todo armonizado.Y así,sones de voces y sones de música, se enmarañan y prende de los bosques astures, donde habitan los seres míticos que impulsan los ecos que hasta ellos llegan...Y uno y otro constituyen una emotiva realidad única: la belleza del paisajes de Asturias se engarza con la belleza de las canciones, bravías unas veces y cadenciosas otras, resultando un hermanamiento racial que, en lo que se sabe, no se da en otras partes.
Recordamos cómo en otros tiempos se escuchaban las canciones lanzadas desde las cimas de los montes, por sobre los valles, llenando de armonía y cadencia la placidez de las noches perdidas y nunca recuperadas, y causando atención en las aldeas y cuidados en las mozas cortejadas que bien sabían de quién eran aquellas canciones.
Se da un hecho curioso. Que la tonada astur no tiene muchos interpretes de otras partes, a excepción de León y Santander, y, sin embargo, el cantante de tonada, salvo raras excepciones, sabe interpretar del rico y variado repertorio del flamenco andaluz, la jota maña, también recia, pero menos que la asturiana. En interpretar las canciones de otras regiones, con solvencia, los asturianos son adelantados. Igual que son adelantados algunos interpretes de Cantabria, como Benito Díaz y otros, que cantan la tonada astur como los mejores. Y no nos olvidamos de León, por la tierra de Laciana y Santa Lucía y limítrofes, donde también hay voces leonesas que parecen asturianas.
La realidad de nuestra tonada asturiana tiene hoy más maestros que antes. Igual la música.La gaita y el tambor. Bien es cierto que la canción de ayer se daba como el agua de los manantiales puros, sin tanta academia ni tecnicismo como ahora; bien es cierto que antes las academias eran las romerías, los chigre y los lagares, donde la tonada asturiana estaba en alza, era admirada y motivo de "pique" entre mozos, de modo que terminaba uno de cantar, salía otro, al extremo opuesto, con una nueva tonada, recia, brava y entera. Ya estaba el duelo en plaza. Hoy ni en los chigres se canta ni en las sidrerías ni en lasa romerías....- Menos mal que la raíz de nuestra tonada se ha bifurcado hacia los concursos, desde los cueles, van saliendo las nuevas voces que siguen adelante con la tonada.
De todos modos, en Asturias, lo propio parece que se soslaya bastante, mientras que la nueva juventud se recrea en sus automóviles con los estruendos que llaman música procedente de no queremos saber qué países, pero que dejan bastante que desear como canciones y como músicas.
Reciedumbre de la tierra y reciedumbre de la canción popular, todo emparejado, todo armonizado.Y así,sones de voces y sones de música, se enmarañan y prende de los bosques astures, donde habitan los seres míticos que impulsan los ecos que hasta ellos llegan...Y uno y otro constituyen una emotiva realidad única: la belleza del paisajes de Asturias se engarza con la belleza de las canciones, bravías unas veces y cadenciosas otras, resultando un hermanamiento racial que, en lo que se sabe, no se da en otras partes.
Recordamos cómo en otros tiempos se escuchaban las canciones lanzadas desde las cimas de los montes, por sobre los valles, llenando de armonía y cadencia la placidez de las noches perdidas y nunca recuperadas, y causando atención en las aldeas y cuidados en las mozas cortejadas que bien sabían de quién eran aquellas canciones.
Gerardo Orviz, según la
caratula de sus nuevas grabaciones,
que hablan de mina y monte, de valles
y persecuciones...
caratula de sus nuevas grabaciones,
que hablan de mina y monte, de valles
y persecuciones...
Se da un hecho curioso. Que la tonada astur no tiene muchos interpretes de otras partes, a excepción de León y Santander, y, sin embargo, el cantante de tonada, salvo raras excepciones, sabe interpretar del rico y variado repertorio del flamenco andaluz, la jota maña, también recia, pero menos que la asturiana. En interpretar las canciones de otras regiones, con solvencia, los asturianos son adelantados. Igual que son adelantados algunos interpretes de Cantabria, como Benito Díaz y otros, que cantan la tonada astur como los mejores. Y no nos olvidamos de León, por la tierra de Laciana y Santa Lucía y limítrofes, donde también hay voces leonesas que parecen asturianas.
La realidad de nuestra tonada asturiana tiene hoy más maestros que antes. Igual la música.La gaita y el tambor. Bien es cierto que la canción de ayer se daba como el agua de los manantiales puros, sin tanta academia ni tecnicismo como ahora; bien es cierto que antes las academias eran las romerías, los chigre y los lagares, donde la tonada asturiana estaba en alza, era admirada y motivo de "pique" entre mozos, de modo que terminaba uno de cantar, salía otro, al extremo opuesto, con una nueva tonada, recia, brava y entera. Ya estaba el duelo en plaza. Hoy ni en los chigres se canta ni en las sidrerías ni en lasa romerías....- Menos mal que la raíz de nuestra tonada se ha bifurcado hacia los concursos, desde los cueles, van saliendo las nuevas voces que siguen adelante con la tonada.
De todos modos, en Asturias, lo propio parece que se soslaya bastante, mientras que la nueva juventud se recrea en sus automóviles con los estruendos que llaman música procedente de no queremos saber qué países, pero que dejan bastante que desear como canciones y como músicas.